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| La bodega: | ||||||||
| La arquitectura de la bodega es minimalista, inspirada en los colores de la naturaleza y diseñada para elaborar vinos de calidad y excelencia con un sofisticado sistema de gravedad aprovechando la geografía del terreno. Su fusión con el paisaje resulta inexorable. Los vinos de larga maceración se fermentan en piletas de cemento a temperatura controlada y en barricas de roble francés de primer y segundo uso. Diego Banfi ha hecho realidad su clara idea de vinificación moderna. La distribución edilicia está pensada para la máxima eficiencia operativa de la industria y una cómoda circulación de los visitantes. La playa de recepción, selección y molienda tiene una capacidad aproximada de 8000 kgs/hora. |
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| El nombre Cónclave lo tenían registrado hacía años, en tiempos de Benedicto XVI. Y estaba decidido que así se llamaría el primer vino de la bodega propia. Comenzado el 2013, ya sabiendo el título del nuevo proyecto, empezaron a pensar etiquetas. En enero no lo lograron. En febrero llegaron los primeros púrpura a su cabeza y se remontaron a Roma. No había etiqueta definida pero igual sacaron su primer aviso. Violeta intenso. Sólo con la palabra Cónclave, en letra romana. La sorpresa extrema se dio a los pocos días, cuando se supo de la renuncia del antiguo Papa, que dio lugar al cónclave más revolucionario de la historia, que transformó al Arzobispo de Buenos Aires en Su Santidad Francisco. Casualidad. Destino. Las cartas estaban echadas y había que ir por una etiqueta que representara fielmente tanta emoción. El 19 de marzo, día de la asunción de Francisco, estuvieron en Roma, entre tanta gente anónima. Luego de la homilía dieron unas vueltas por Vía della Conciliazione. Revolviendo serigrafías antiguas en una de las santerías-librerías cercanas al Vaticano, encontraron el dibujo de una impactante moneda del Imperio Romano. Era lo que faltaba para completar el círculo de casualidades o destinos. Ahí estaban los componentes que necesitaban para la etiqueta. |
